Cómo navega un barco de vela
La navegación a vela forma parte de la historia del hombre. Al igual que en otros ámbitos, también en éste el progreso ha sido determinante: la vela de cien años atrás es a una moderna embarcación a vela lo que la máquina de vapor al moderno automóvil.
Es verdad que siguen estando el viento el mar, con sus fuerzas y sus peligros, pero un casco actual es, sin lugar a dudas, muy distinto de sus antepasados.
Lo que diferencia sustancialmente las actuales embarcaciones a vela de sus progenitores, sean las naves romanas, fenicias o vikingas, las tres carabelas o los clippers que transportaban el té de las Indias a Europa en el siglo XIX, es que esas todas naves estaban pensadas construidas y conducidas para cumplir muy precisas funciones militares o comerciales.
En cambio, los barcos modernos de deporte tiene su campo de acción precisamente en el deporte: un aspecto completamente nuevo desde que, por primera vez, el hombre levantó sobre su barca una pantalla, un lienzo o una estera tejida para capturar la fuerza del viento y poder ir más lejos Paralelamente al actual empleo de los barcos a vela, la investigación científica y tecnológica y el nacimiento de nuevas disciplinas, como la aerodinámica y la hidrodinámica aplicadas a la construcción de cascos a vela, han proporcionado formas y soluciones completamente nuevas a la actual situación en el campo de la náutica.
En cualquier caso, sigue habiendo un importante componente de intuición y se puede afirmar que el diseño de las embarcaciones deportivas a vela es un sector donde investigación, nuevas tecnologías e inspiración, inventiva y genio deben hermanarse para llevar a un resultado eficaz
Así como se necesita imaginación y conocimientos técnicos para la labor de diseño, también para la conducción de una moderna embarcación a vela es in dispensable que a las nociones teóricas se sumen una buena práctica, fantasía y sensibilidad; en una palabra, lo que en la jerga marinera se llama “tener maña”
Quizá sean precisamente estos componentes de inventiva y sensibilidad individual lo que confiere a la navegación a vela ese atractivo que la lleva a gozar de tanto éxito dentro del campo de las actividades deportivas. Si bien cascos velas, instrumental, técnicas de construcción y materiales han cambiado y resulta casi imposible reconocer en una embarcación moderna a las naves que afrontaba el Gran Mar Océano, no se ha modificado en cambio el sueño que ha movido al hombre desde el comienzo de su aventura a vela sobre el agua: descubrir el mundo que lo rodea y descubrirse a sí mismo.